22 enero, 2006

Tarde en familia en el hospital.


Hoy fue un día especial en familia. Nos juntamos trece personas entre adultos, adolescentes y niños para ir a rezar el rosario por la recuperación de uno de los nuestros que ha estado en cuidados intensivos recuperándose casi de milagro de algo muy grave.

Nos citamos a una hora prudente para las familias y sus necesidades diferentes, y luego del rezo y las firmas con buenos deseos de pronta recuperación en una tarjeta algo cursi, como casi todas las que se consiguen un domingo en un supermercado, partimos al hospital nada más--ni nada menos--que a hacerle señas por la ventana de vidrios espejados a la enferma, pues obviamente no está para recibir masivas visitas ruidosas en su delicado estado, aunque deseábamos hacerle saber de algún modo lo importante que es para nosotros.

En la tarjeta, los niños pusieron sus deditos untados en mi rouge: quedaron "prontuariados" en obras de misericordia esos inocentes, y todos regresamos con el corazón ensanchado.
  • ¿Sirvió la visita a la enferma?
  • ¿Hicimos el loco ahí abajo, tirando besos, haciendo señas y otra rarezas si ni la veíamos tras los vidrios protectores de la doliente intimidad?

No lo sé, pero el rosario lo recibió María, la Madre de Dios, y ella lo sabrá administrar mejor que nadie.

5 comentarios:

San Blog dijo...

Qué relato tan lindo. Leyendo me imagino a todos ustedes en el hospital. Qué hermoso saber que hay gente tan hermosa en el mundo.

Y de verdad que la Virgen María sabe distrubuir las gracias de este rosario.

soy sacerdote colombiano y trabajo en Israel

Juan Ignacio dijo...

Conmovedora historia. Saludos.

Aeronauta dijo...

Fue en verdad lindo, y partciparon algunos muy alejados del rezo del Santo Rosario :)

Anónimo dijo...

Que lindo debe haber sido esa tarde en familia, qué lástima no haber podido estar con ustedes, dices que eran 13 pero creo que contando a los que hubieran deseado estar ahí, serían muchos mas!
Un beso,

A.

Claudia Landini dijo...

que lindo!